Se acerca la recta final del torneo argentino y Boca es el gran favorito. Los mellizos Barros Schelotto han encontrado el equipo y, partido a partido, las sensaciones son mejores. El once titular se recita de memoria y el aporte colombiano es fundamental.
La partida de Carlos Tévez al fútbol chino dejó a Boca sin su principal referente. En conferencia de prensa Guillermo Barros Schelotto sentenció que era el equipo, como conjunto, el encargado de disimular la ausencia del ‘Apache’. Entonces, como primera medida los mellizos patearon el tablero y plantaron un 4-3-3 bien definido, similar al que tanto éxito les dio en Lanús. En segundo lugar, le dieron a Fernando Gago la responsabilidad de ser el termómetro del equipo, el dueño de los tiempos y de la circulación de pelota. Y en tercer lugar, consolidaron un equipo titular fijo que solo cambia en caso de lesiones o convocatorias a selecciones nacionales.
Si se quisiera definir en una palabra a este nuevo Boca, “vértigo” sería la indicada. El ‘Xeneize’ tiene como premisa atacar y ahogar a sus rivales, tanto en La Bombonera como de visitante. Para lograr su cometido el DT ha trabajado en ciertos aspectos que ya son características fundamentales del equipo:
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Amplitud y juego por las bandas
La función que cumplen los laterales es vital, especialmente en La Bombonera, cancha en la que los rivales tienden a encerrarse y achicar al máximo los espacios. Peruzzi y Fabra son los que hacen ancho el campo, generándole espacio a los volantes interiores y obligando a los extremos rivales a referenciarlos durante los 90 minutos. Si bien Peruzzi ya era una cara conocida –lleva varios torneos siendo el lateral derecho titular–, la aparición de Fabra fue una bocanada de aire fresco. El colombiano es un auténtico tren: combina velocidad, fuerza y buen pie. Se le critican sus falencias en marca, pues ataca mejor de lo que defiende, pero para este vertiginoso Boca la función de Fabra es imprescindible. Le ganó el puesto a Silva y, de no ser que llegue una importante oferta europea, Boca tiene lateral para rato.
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Intensidad y buen pie en la mitad
En principio, los tres volantes titulares son Bentancur, Gago y Pablo Pérez. Un triángulo equilibrado, que combina –armónicamente– sacrificio y buen pie. En cuanto a la función, se les exige pisar el área y rematar de media distancia. De los tres, Gago es siempre el más retrasado, el director de la orquesta. Cuando Fernando no logra filtrarle el balón a los delanteros, Bentancur y Pérez –sus ruedas de auxilio– piden en corto para desahogar y ayudan con la circulación del balón.
Desde la lesión muscular de Gago, Wilmar Barrios ha aparecido en escena y ha sorprendido al público en general. Si bien son volantes de características muy diferentes, el colombiano tiene algo que muchos no: ADN ‘Xeneize’. El sacrificio y despliegue son su carta de presentación. Barrios no necesita la elegancia de Gago para ser justo lo que el equipo necesita. En el afán de Boca por atacar y ocupar el campo rival, Barrios es el bombero que apaga todos los incendios. De Wilmar no se espera un pase de gol, ni que haga circular con fluidez la pelota en el mediocampo, a él se le exige que recupere la pelota y la entregue limpia a algún compañero. Con eso basta y sobra.
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Recursos ilimitados en ataque
Adelante Boca tiene tres delanteros versátiles que hacen impredecible el ataque del equipo. Por derecha está Pavón, un velocista dedicado al fútbol, que es determinante en el uno contra uno y que, además, tiene una media distancia envidiable con la que ha sacado al equipo de apuros. Por izquierda, ‘Ricky’ Centurión, el escapista del equipo, capaz de salir de cualquier marca, de gambetear en una baldosa, de definir un partido. Se adueñó de la 10 de Boca y aunque no es un enganche clásico, sí es un jugador diferente. La punta de la lanza se llama Darío Benedetto. Sin tener el biotipo del típico nueve de área, el ‘Pipa’ se ha ganado el reconocimiento de todo el Mundo Boca por su calidad y sus goles. Dentro del área ha demostrado ser letal, está en la pelea por ser el goleador del campeonato y tiene serias chances de quedarse con ese título.
Se avecina una lucha apasionante en Argentina para conocer al nuevo campeón. Los mellizos saben que lo único que vale es campeonar y que no hay excusas para perder la punta. Sólo el tiempo dirá si el vertiginoso Boca es el mejor de todos, y si lo llega a ser, que se sepa que un par de colombianos fueron fundamentales para lograrlo.
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