Hace 15 años, con el ‘Pecoso’ en el banquillo, América llegó a la semifinal de una Copa Libertadores en la que eliminó a Racing y a River Plate.
El Pecoso llegó al América a finales del 2002, después de un breve paso por el Cali y con el objetivo principal de conquistar la siempre esquiva Copa Libertadores para ‘La Mecha’.
En primera fase compartió grupo con Santos de Brasil, Nacional de Ecuador y 12 de Octubre de Paraguay. El debut, en casa contra el club brasileño, fue un desastre. Se comieron cinco en el Pascual y dejaron sensación de papelón entre la hinchada.
Sin embargo, la sandunga fue clave para que el ‘Pecoso’ hiciera un alto en el camino y replanteara su once ideal. Rufay Zapata había empezado como suplente de Julián Viafara, al igual que Kilian Virviescas de Iván López en la banda izquierda; ambos se ganaron la titularidad durante la fase de grupos y fueron jugadores clave para lo que vino después.
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Luego del descalabro de la primera fecha, América repuntó ganando todos los partidos de local restantes, sacando un punto en Ecuador y goleando a 12 de Octubre a domicilio. Clasificó segundo detrás de Santos, que en Sao Pablo casi le repite la primera la primera dosis y le clavó tres.
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Equipo | Puntos | PG | PE | PP |
---|---|---|---|---|
Santos
América El Nacional 12 de Octubre |
14
10 6 3 |
4
3 1 1 |
2
1 3 0 |
0
2 2 5 |
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Para los octavos de final, en donde esperaba Racing de Avellandeda, Jairo ‘El Tigre’ Castillo volvió a incorporarse al equipo después de haberse perdido toda la primera fase. ‘Pecoso’ decidió ponerlo pegado a la banda izquierda —en vez de delantero, como era costumbre— y con eso terminó de armar su equipo base. Vertiginoso por la izquierda con Kilian y Castillo; sobrio por derecha con la magia de David Ferreira; sólido en marca con Fabián Vargas y Jorge Banguero en la mitad; y tenaz en punta con Julián Vázquez y Leonardo Fabio Moreno.
En Cali el partido de ida contra Racing quedó 1-1. A Argentina viajaron con la posibilidad de irse a penaltis en caso de empate. Rufay tuvo una noche mítica en la que, además de taparlo todo y sellar el 0-0 en los 90, en los penales atajó uno y metió el definitivo.
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Para el partido de cuartos contra River, ‘Pecoso’ tenía fresquito el recuerdo de la goleada contra Santos y sabía que, si bien debía mantener el trabajo incisivo por las bandas para herir a River, era clave poblar la mitad de la cancha para quitarles el balón, cortar circuitos y evitar, sobretodo, que Andrés D’Alessandro les pintara la cara. Por eso paró tres centrales; Asprilla, Tierradentro y González; cinco volantes con Bustos y Virviescas como rayas largas en banda, Vargas y Banguero por dentro, David Ferreira como enlace y delante de él, el Tigre y Julián Vásquez.
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América se jugó un partidazo en el Monumental y, aunque en el minuto 90 terminó perdiendo 2-1, volvió con la convicción de que era capaz de plantarle cara al River de Manuel Pellegrini. ‘Pecoso’ sabía que si volvían a jugar así, como equipo grande, adueñándose del balón y yendo al frente, la clasificación era posible.
En un Pascual Guerreo repleto, todo pinado de rojo, el técnico planteó uno de sus mejores partidos como entrenador. Con tangana incluida, América bailó y goleó a River.
El último rival antes de poder pararse al frente la copa fue otro argentino, el Boca del ‘Virrey’ Bianchi. En La Bombonera empezó el final del sueño continental, de ese guión surreal que presumía que América iba a eliminar a tres gigantes de argentina para llegar a la final de la Libertadores.
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Sin Virviescas –expulsado contra River– América perdió el control y se dejó gobernar por el caos. El ‘Tigre’ terminó expulsado y el partido 2-0 en contra. Luego, en la vuelta, el ansia por remontar la desventaja terminó de condenar al equipo del ‘Pecoso’, que perdió 0-4 (0-6 global).
***
Aunque ese mismo semestre el ‘Pecoso’ también estuvo cerca de meterlos en la final de la liga local, en el segundo las cosas se fueron en picada. No clasificó al cuadrangular final y en noviembre dijo adiós a la ‘Mecha’ con un rendimiento final de 32 victorias, 22 empates y 22 derrotas.
Hoy, 15 años después, el ‘Pecoso’ está de nuevo al frente de América, pero esta vez con objetivos distintos. La meta ya no es salir campeones del continente; sino clasificar, así sea raspando, dentro de los 8 para intentar volver a copas internacionales en el 2019.
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Goal.com
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