Como es habitual, les dejamos nuestras sensaciones después del amistoso contra Estados Unidos de la Selección.
Lo bueno de la Selección:
Primero: a Estados Unidos, costara lo que costara, le teníamos que ganar. No empatar: ganar. Los equipos serios se construyen así y deben querer ganar siempre, contra Haití o contra Francia. Fue muy buena la reacción después del 1-2 abajo que parecía ponerlo todo patas arriba.
Fue bueno, también, volver a ver a Matheus junto a Barrios. Aunque no hizo un partido brillante, él es el volante mixto que necesitamos y el complemento ideal de Willmar. Está muy bueno que siga soltándose, entendiéndose como el dueño del puesto. Hace falta trabajo, sincronización, pero Matheus va a dar frutos, van a ver.
Aunque su gol fue buenísimo, el partido de James se queda en bueno. Bueno porque tuvo cuatro o cinco destellos de auténtico crack, pero quedó la sensación de que le faltó más participación, más fluidez. Tirado por las bandas, hay que decirlo, se le displicencia para volver (en el primer gol de los gringos, fue muy permisivo con el lateral que tiró el centro).
Los suplentes. Otra vez, como en los pasados amistosos, los que entran aprovechan cada segundo. Borja, con ese golazo, y Chará fueron pólvora. Hay mucho de dónde escoger.
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Lo Buenísimo:
La fertilidad por la banda derecha de Colombia. A Santi Arias le ha venido muy bien el paso por el Atlético, está fogoso como nunca antes y hoy, con James y Juanfer como cómplices, fue una lanza larga y punzante. Intuitivo para asociarse, intuitivo para romper, y acertivo cuando llegó al fondo. La mayoría de opciones de gol se cocinaron por su banda.
El partido de Carlitos Bacca. No es casualidad que al delantero del Villarreal lo banquen todos. Si uno se olvida del balón, se da cuenta del valor y del aporte a la Selección. En el primer tiempo, le limpió el área a Falcao y fue responsable de que el 9 tuviera cuatro opciones claras en el área. Con el balón es criterioso, es un veterano para abrirse los espacios y, como sabe que es criticado, vestido de amarillo trabaja, trabaja y trabaja como si fuera un juvenil. En el gol de Falcao lo hizo todo perfecto. Sí, hay que decirlo: hoy sus críticos se van al sobre calladitos y cautelosos.
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Lo Exquisito:
Juanfer. Joder, qué jugador. Qué joven prodigio. Qué delicia que es verlo jugar. Suena raro, pero en noches así, da la impresión de que ni James está a la altura. Quinterito juega como si viera el partido desde un drón. Entró e, inmediatamente, pum: puñal a Santi Arias y gol. Después fue todo ritmo, todo precisión y sentido; Quintero tiene ese don milagroso del misterio y la incertidumbre: uno sabe que cuando el balón llega a sus pies algo está por pasar. Y pasa. Hoy, además de la asistencia apenas entró, le dio el pase gol a Falcao y clavó un zapatazo en el palo. Está en su cumbre, nació para divertir.
Lo malo:
Hace falta trabajo. Los amistoso siempre son raros y hablar del funcionamiento táctico es difícil –por los cambios, por el momento de la temporada, por el estado de la cancha–. Estados Unidos, además, al final mostró una cara casi amateur. Pero igual: preocupan los centrales –con el balón Murillo estuvo mal y Dávinson ho-rri-ble–. Preocupa el lateral izquierdo –Machado se vio mal casi siempre que vulneraron nuestra mitad– y todavía se ven muchos fallos en el trabajo mancomunado entre los centrales y la primera línea de la mitad. Los relevos fallan, los retrocesos son caóticos y cuando los centrales presionan se pisan con los volantes de marca.
En conclusión: que este equipo gringo nos haya hecho dos goles y haya estado en ventaja no es un chiste menor.
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Foto:
Rueda Selección Colombia
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