Dicen que al fútbol se juega como se vive, a lo que podemos adherir que también se relata y se comenta como se vive.

En el relato, las palabras son instrumentos invisibles que definen la identidad de su pueblo hablante. Y la música, compañera fiel de las palabras, es el arte hecho melodía y percusión, retrato de la idiosincrasia y tradición de su pueblo escuchante. El relato en el fútbol está hecho de palabras, y también de música. 

Mundial Italia 90’, Colombia 0 Alemania 0, último partido fase de grupos. 

Triunfalismo, inocente

Minuto 87:14’ 

“Atención Colombia, llegando al tercer lugar sin problemas, pasando por encima de Alemania.” Relata el popular William Vinasco Ché a una velocidad vertiginosa apta solo para oídos de latitudes tropicales. Mientras tanto un jugador alemán empieza a esquivar a uno, a dos jugadores colombianos que van cayendo en su fracaso por intentar quitar la pelota. “¡Ojo, dos hombres que quedaron en el camino!” Exclama William, nuestro querido relator hecho a pulso, vendedor de quesos y taxista antes de llegar al corazón de los colombianos. El relato se vuelve angustiante, tras el doble esquive, el jugador alemán pasa la pelota a su compañero Pierre Littbarski, que se perfila para rematar al arco de René Higuita.

Karma y Negación

Minuto 88:01’

“¡El ‘chontico’ para que cierre!” primer grito de William, con la esperanza de que Luis Fernando Herrera, “el chonto”, logre evitar el remate de Littbarski. “¡El ‘chontico’ para que cierre!” segundo grito de William, repitiendo como quien habla durante una pesadilla, ya evidenciando lo peor, con el karma de haber afirmado hace 5 segundos que Colombia pasa por encima de Alemania… “¡Gooooooooooool de Littbarski!” ahora canta William, esforzando la euforia con la que se grita un gol ajeno. “No hay derecho, no nos lo merecíamos, no nos lo merecíamos, gol de Littbarski, no nos lo merecíamos, no había derecho DIOS mío, no hay derecho de verdad que no hay derecho de esto.” agoniza nuestro relator, en duelo, pidiendo explicaciones al Señor, sumergido en la tragedia y al fin respirando después de una demostración sobrenatural del arte del relato. “Yo no canto este gol, siga usted” ya ofuscado, se alcanza a entender en la voz de William, que no puede creer lo que está pasando y necesita respaldo de su fiel comentarista: “No hay derecho, que suerte la de Alemania, que suerte la de Alemania” Efectivamente reafirma el fiel comentarista, quién en la explicación del gol, posterior a la cuña de la corporación de ahorro y vivienda ‘Concasa’, pide a los jugadores, desilusionado, una falta que hubiera podido evitar el fatídico gol. “Les faltó recursos, en el fútbol también existen este tipo de recursos”. Nos cuenta esa voz autorizada, haciendo alusión a la falta, como ese recurso desestimado por la defensa colombiana. 

Derrotismo: “Arrodillados y a rezar”

Minuto 88:55’

 William quiere seguir relatando, pero necio, la desdicha se lo impide. “Sigan ustedes, sigan ustedes.” Continúa el lamento colectivo de los comentaristas. De pronto se abre paso al derrotismo, ese sentimiento en el que nos convertimos en especialistas en mandar todo a la mierda, generalmente inmediatamente después de sentirnos los mejores del mundo: “Se ha levantado Chicho Pérez, pero ya no hay tiempo, ya la verdad es que no hay tiempo…” y continúa con un comentario casi científico con el que se confirma la derrota: “Y no tenemos en este momento la suficiente potencia después del degaste atlético de los jugadores como para poder empatar este partido” puntualiza el especialista. 

Fe

Minuto 90:30’

Falta cerca del área rival para Colombia. Acudimos a lo único que nos queda, un milagro del Señor. “Mi Dios ayúdelo aquí, ayúdelo aquí, ayúdelo, AYÚDELO porque estamos en el final y lo justo sería el empate” dice el comentario, que le pide a Dios que le ayude (4 veces) a patear bien a Carlos Estrada y clama por justicia divina. William, queriendo dejar atrás su desdicha, se suma a la plegaria: “Sí, solamente le pedimos al Señor que si quiere que nos ayude, que haga un poquito de justicia aquí.” Le pega Estrada. A la barrera. Se apaga la fe. “Yo hubiera metido al Chicho, pero no hablemos de eso.” Remata William Vinasco, que empieza a sacar conclusiones, dejando atrás su esperanza divina. 

Justicia divina

Minuto 91:38’

“Se acaba el partido, aquí va a pitar el arbitro” dice uno. “Cada vez me recuerdo más de Héctor Ulloa, 5 centavitos pal’ peso” dice el otro, recordando el nombre de un bolero que generalmente define nuestra suerte deportiva. Entonces domina la pelota Pierre Littbarski, “el que nos hizo el golecito” en palabras de nuestro relator herido. Littbarski para Voller, y es Voller el que pierde el balón. “La marca es de Rincón” continúa el relato, que está por empezar una cabalgata narrativa épica, que transcrita carece de sentido, a una velocidad de 3 palabras por segundo: “Leonel Álvarez se queda con la pelota, Leonel, Leonel por el esférico, tres cuartos de campo arranca con el ‘Bendito’, el ‘Bendito’ Fajardo 47 minutos 2 de adición el ‘Bendito’ Fajardo entregando para el Pibe Valderrama el ‘Pibe’ por la pelota ATENCIÓN pica la pelota arranca con balón dominado entregando sobre la izquierda muy bien para Rincón, bien Rincón, MUY BIEN, VIENE COLOMBIA DIOS MIO, ¡COLOMBIA!” Así estalla el grito de gol, aguardientero, de tienda de barrio profundo, en el que participan todos en la cabina, hasta el de los tintos, donde nos imaginamos vuelan vasos, papeles y micrófonos mientras William grita “¡Viva Colombia!” “¡Gracias DIOS MÍO!”. Colombia 1 Alemania 1.

Orgullo Patrio

Minuto 93. Fin del partido

“¡Que gol hermoso, hermoso! ¡Viva Colombia! Colombia escribe con letras de oro el paso deportivo más importante de su historia. Un equipo calificado como discreto… ¡Que golazo hermoso!” grita con las tripas Vinasco que a continuación, en plan predicador, envía un mensaje al mundo entero: “Pisando fuerte con Rincón en el panorama Mundial para despertar a los habitantes de la tierra y concientizarles de que Colombia es grande, la capacidad de nuestra gente, hoy más que nunca nos sentimos orgullosos de ser colombianos”. Y así finaliza el relato de un empate agonizante, vestido de victoria en nuestra esforzada historia deportiva. “Por la mitad de las piernas para que Alemania sepa que Colombia juega al fútbol…” remata el comentarista, desafiante, llenando de aire nuestra camiseta de ese triunfalismo contagioso. Era el principio eufórico del fracaso crónico de una generación entera, que jugó muy bien al fútbol, y que encontró en este empate agónico y en el espectacular 5-0 contra Argentina, las hazañas más importantes de su historia. 

Gracias William, gracias Pibe, gracias Fredy, gracias al Señor y ¡qué viva Colombia! 

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Estamos buscando a Giovinco, el italiano que se puso la ’10’ de la ‘azzurra’ y que prometía ser el sucesor de Del Piero en la Juventus. ¿Sabe dónde está? Ayúdenos a encontrarlo.

¿Dónde está Giovinco? Si usted puede responder esa pregunta sin acabar el artículo, es un futbolero de verdad.

Nació en cuna milanista pero sabrá Dios por qué desde los nueve años empezó a jugar en las inferiores de la Juve. Al menos lo hubieran metido a las del Torino, ¿o no?

En 2006 después de casi diez años de estar buscándola en inferiores por fin la encontró: la Juve se fue a la B por amañar partidos, algunas de las grandes estrellas dijeron ‘arrideverci’ y lo ascendieron al primer equipo. Y en cuestión de un añito debutó y demostró que tenía cositas de crack: entre tacos y fintas, se la terminó poniendo a Trezeguet para que la mandara a guardar. Al lado de Trezegol (1.87M) parecía un niño de colegio (1.64M), pero es que sus ciento sesenta centímetros de altura eran de pura calidad. Ese año jugó dos partidos más y puso otra asistencia.

En mayo de 2007 todo volvió a la normalidad: Juventus ascendió, llegó Iaquinta y al Giovi le tocó buscar equipo. El Empoli se lo terminó llevando en McCombo con Claudio Marchisio.

Jugando en Toscana debutó en primera contra la Fiore. Desde ese día jugó casi siempre: se puso las botas 36 veces más, metió 6 goles y dio 4 asistencias. A final de temporada el Empoli se fue a la B(erga) y el enano, fintando un par de trámites, pudo volver a la Juve.

Pero volver a Juventus era entrenar hasta que le salieran cayos en los pies o ser uno más de los olvidados. En un mes se ganó un hueco en el once de Ranieri. Claudio lo puso a jugar en Champions y Giovinco le respondió con dos asistencias. Poco a poco lo fue soltando más y la Hormiga la pisó tan bien que hasta el presi se enamoró de su gambeta: le renovó hasta 2013. Esa temporada jugó 27 partidos, metió 3 goles y puso 8 asistencias.

Papá Ranieri se fue y llegó Ferrara, que no tuvo afinidad alguna y solo lo puso a jugar 19 veces en un año. Menos cotejos igual a menos participaciones de gol: clavó un pepo y dio una asistencia. Si antes tocaba ponerse gafas para verlo en la cancha, con lo que jugó esa temporada tocaba usar microscopio. Acabó sus labores con la Juve y se fajó la de Italia para la Euro Sub-21. Lo escogieron en el XI ideal del torneo. En tu cara, Ferrara.

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El toque de balón que mostró en el Europeo hizo que desde Reggio Emilia se lo llevaran. En el Parma llegó a hacer dupla de ataque con Crespo. Se acostumbró al vino y al parmesano: jugó 32 partidos, clavó 7 pepos y puso 6 pasegoles. A la temporada siguiente en el Ennio Tardini ya le decían ‘MaraGiovinco’ por los 16 goles y las 13 asistencias que se mandó. Prandelli le pegó una llamadita y lo puso a debutar con la absoluta de Italia.

En 2012 Conte lo pidió para iniciar su proyecto en la Juve. Antonio sí le tuvo fe y se convirtió en su revulsivo favorito: hizo goles de todos los colores y sabores, 11 en 42 partidos. También dio buen toqueteo con 7 asistencias. Dato de color: en octavos de final de Copa Italia metió su gol 12 con la Juve, con la casaca 12 en la espalda, al minuto 12 del segundo tiempo, el 12/12/12.

Acabó la temporada y se fue Del Piero. Se creyó el cuento de ‘Hormiga Atómica’ y pidió la 10. Pero ‘nanay cucas’, le dieron la 12. Jugó la 2012/2013 a media máquina: metió 3 goles y 6 asistencias en 30 partidos. Ya no gustaba tanto en el Allianz Stadium y se terminó yendo gratis en el último día del mercado invernal de 2015.

El Toronto se metió la mano al dril: le puso siete millones de dólares en la mesa por temporada para que firmara por cinco años. También le dieron la 10, jajaja. Se convirtió en el jugador mejor pago de la MLS. Pero pa’ que, valió cada centavo de dólar: en su primer año rompió récord de asistencias (16) y goles (22), lo nombraron MVP de la MLS y Rookie del año. Con este combazo terminó ganando la liga y cuatro copas más: Bradley, Altidore, Cheyrou y Van der Wiel.

A pesar de que no paró de meterla, en Italia les valió no llamarlo para que se pusiera la ‘azzurra’: «El problema es que si juegas en ese tipo de liga, y te acostumbras a jugar en ese tipo de liga, se convierte en un problema de mentalidad» dijo Ventura antes de quedarse fuera de Rusia 2018… Luego Mancini no se mandó la misma macana y lo convocó para una fecha FIFA después de tres años.

Parece que en Toronto había encontrado su lugar en el mundo, pero un cambio de frente mató el sueño de Seba de querer retirarse allá: la directiva le ofreció un contrato paupérrimo y el Giovi dijo que no iba más. 142 partidos, 83 goles y 52 asistencias fueron los números que dejó en Canadá.

Llegaron los petrodólares a su mesa. Cualquiera que ve los verdes se ablanda, no nos digamos mentiras. El Al Hilal se lo llevó barato por tres millones largos pero con un sueldo fuera de este mundo. Los árabes lo pusieron a jugar con otros amantes del fútbol exótico: Bafétimbi Gomis, Gustavo Cuéllar, Carlos Eduardo y André Carrillo.

Ya lleva 33 partidos, 6 goles y 8 asistencias en Arabia. Sí, sí, ya tiene 33 años, pero los que lo vimos en sus mejores días sabemos que aún le da para más. Si lo ve por ahí, bronceándose en alguna playa cerca a Riad, dígale que en Hablaelbalón lo estamos buscando, que extrañamos sus forma de pisar el balón a toda velocidad.

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Foto: Getty Images

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El Barcelona, al son de Ney, le metió tres al PSG en ocho minutos y firmó una remontada que quedará por siempre en la historia de la Champions League.

La ida quedó 4-0. El Parque de Los Príncipes fue testigo de un Paris Saint Germain que jugó a lo Barça y de un Barça que jugó a lo Espanyol. El baile que le dieron al equipo de Luis Enrique agrandó a los de Emery. Hasta Di María soltó esta joya en un video que se filtró: «Si el Barcelona remonta la eliminatoria me corto los huevos». Parece que se les olvidó que su PSG nunca había pasado de cuartos de final en la Champions League y que además tenían enfrente al Barcelona de la MSN.

Si en el PSG había confianza para la vuelta, en el Barça había una fe ni la hijueputa: “Mientras tenga un 1% de posibilidades tendré un 99 % de fe”, dijo Neymar después de que su equipo se comiera cuatro pepos en París.

Llegó la vuelta. El Camp Nou estaba a reventar… En las malas mucho más, dicen. Había casi 99.000 creyentes en el templo del Diez. El milagro estaba lejano pero se podía oler. El Barça llegaba de cuatro victorias consecutivas en Liga, pero con la noticia de que Luis Enrique se iba a final de temporada. El PSG de tres y un empate.

Pitazo inicial: A Luis Enrique le valió no usar el clásico 4-3-3 barcelonista y paró tres centrales, con Rafinha y Neymar en las bandas. Mejor dicho: no se guardó nada. El Barça, con más huevo y corazón que fútbol, salió a comerse la cancha. El PSG puso casi los mismos de la ida pero hizo la ‘Mou’: parquearle el bus al Barça en el Camp Nou. Al minuto tres cayó el primer huevo de la media docena. Luchito, peleando entre torres, logró convertir un mal despeje en un gol extraño. Y es que cuando se sale a empatar pasa todo menos eso.

A los cuarenta, en una de esas pelotas que quedan en el área sin saber cómo, Iniesta mandó un taco «a la de Dios» y terminó encontrando el gol: Kurzawa rechazó tan mal que la metió donde no era. Dos cero arriba. Ya solo faltaba la mitad, no parecía tan jodido.

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Ocho minutos después Ney entró en su tempo. En un pique contra Meunier el belga lo derribó. Aytekin no le compró la caída, pero el banderolo sí y Aytekin tuvo que dar el penal para el Barça. Leo la cogió y obviamente fue gol. Ahora solo faltaba uno. Cuando las cosas salen, salen, ¿no?

Sin embargo, doce minutos después todo se fue a la mierda: Verratti la tiró a la olla desde mitad de cancha, Kurzawa la bajó y se la dejó a Cavani. El Matador miró, apuntó y fusiló a Ter Stegen. Silenció el Camp Nou. Los más pechofríos se fueron rapidito para tomar el tren vacío de vuelta a casa. Los fieles, por supuesto, no perdieron la fe, aunque ahora hubiera que hacer tres para clasificar.

En los siguientes 28 minutos Barcelona llegó diez veces al área de Trapp y el PSG dos a la de Ter Stegen. Nada pasó. En el 87′, dentro del todo vale, a Ney le quedó un rebote -sí, el Barça también a veces juega a eso- y lo bajaron cerca del área. Leo le dejó el tiro libre. «Ponete la diez» le quiso decir con eso. En vez de centrarla, como indicaría la lógica, la puso en el ángulo. Cuatro arriba, faltaban dos. Un minuto después penal a Suárez. Se calentaba el Camp Nou y los que estaban en el tren se querían matar. Ney la cogió sin titubear. Trotecito prepotente, de crá, mirada al arquero y “cantalo, cantalo, cantalo”. 5-1. Cinco de adición. 300 segundos para hacer un último gol. Imposible.

Faltando 25 segundos, tiro libre para el Barça. Momento Michael Jordan para Ney… pero su centro es rechazado por Rabiot. Jordan le da otra oportunidad a Neymar y este la controla, engaña a su marca, engancha, sprint corto, levanta la cabeza y con la mocha (jaja, cómo si Neymar tuviera mocha), la pincha. La pelota corta el viento como mantequilla y Sergi Roberto sigue el vuelo de la bocha, corre y corre, y cuando ve que solo llega si se lanza, se lanza, cuerpo entero, se lanza con la convicción de que será lo más importante que hará en su vida, se lanza y la empuja como puede. Termina la función.

Barcelona a cuartos de final de la Champions League y PSG eliminado. Las portadas se las llevó Messi (como siempre) pero quién vio el partido supo que era la consagración de Ney. Fue sobre su espalda que el Barça cruzó el infierno. Ese día fue más que Messi.

No hay nada que describa mejor la noche que esta frase de Piqué: «Que dentro de nueve meses contraten muchas enfermeras en Barcelona porque esta noche se va a hacer mucho el amor».

¿Quiere saber que pasó después? Di María no se cortó los huevos. Pero, (perdón si le aguamos la fiesta) el Barça fue a Turín y se comió tres. En la vuelta no sucedió lo mismo de aquel 8 de marzo del 2017, porque ese bus solo pasa una vez.

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Foto: Infobae

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Para que vea que el fútbol colombiano sí vale la pena, le damos 4 apuestas que le pueden hacer ganar una platica extra.

Hacemos todas nuestras apuestas inteligentes de La Liga BetPlay con estudio, responsabilidad y amor. Sin embargo, Hablaelbalón no se hace responsable de los resultados, apueste bajo su propio riesgo. El fútbol es impredecible y por eso lo amamos tanto.

Santa Fe vs América de Cali

Fútbol colombiano, viernes 21 de febrero, 20:10

Por qué es buena apuesta: el equipo del ‘Milagroso’ Rivera anda en buena forma: ha ganado sus últimos partidos ligueros y en los cinco más recientes de local tiene tres victorias junto a dos empates. A cambio el América por fuera de casa en esta Liga BetPlay no es que le haya ido muy bien: perdió en Palmaseca y empató con Jaguares. Súmele que Santa Fe les ganó el último en el Campín y si lo vuelve a hacer los pasa en la tabla. El Clásico de Rojos siempre es a muerte, pero vamos a confiar en Sambueza que ya le tiene el tiro medido a los de Guimaraes desde sus tiempos en Cali y Junior.

Si le apuesta $10.000 a que gana Santa Fe se puede ganar $25.000 (cuota 2.05)

Medellín vs Nacional

Fútbol colombiano, sábado 22 de febrero de 2020, 17:20

Por qué es buena apuesta: entre ambos llevan anotando más de 2.5 goles en los últimos cuatro de cinco Clásicos Paisas. Para que se haga una idea: en el DIM vs Nacional pasado hubo cinco pepos y en el antepasado siete. Además, Medellín lleva clavándola en sus últimos cinco de local y el verde, tanto en casa como de visitante, también la ha metido en los cuatro de cinco más recientes. Últimamente Duque, Vladi, Caicedo y Ricaurte andan dulces, vamos a confiar en que su pólvora siga igual.

Si le apuesta $10.000 a que hay más de 2.5 goles se puede ganar $22.000 (cuota 2.20)

Tolima vs Junior

Fútbol colombiano, sábado 22 de febrero, 19:30

Por qué es buena apuesta: Junior lleva trece, sí, trece, partidos clavándole al menos un gol al Tolima. Súmele que en los últimos cinco de seis cotejos que han jugado ambos han marcado. Para que se termine de convencer: los de Torres en los cuatro de cinco más recientes la han mandado a guardar al igual que los de Julito, pero en su caso, de visitantes. No lo dude más: habrá goles por ambos lados.

Si le apuesta $10.000 a que ambos anotan se puede ganar $20.000 (cuota 2.00)

Once Caldas vs Patriotas

Fútbol colombiano, domingo 23 de febrero, 19:30

Por qué es buena apuesta: El Once lleva cinco partidos sin perder y Patriotas siete sin ganar. Y en los últimos cuatro cotejos entre ambos en el Palogrande los locales han ganado dos. Además, los ‘Patriots’ tienen cuatro derrotas y un empate en sus cinco salidas más recientes de la Libertad. Añádale que los de Bodhert tienen una victoria en los últimos cuatro partidos jugados en casa (los otros tres son empate). Aunque ese último dato no sea tan convincente créale a los de Blanco que si ganan pueden llegar a diez puntos y mirar a casi todos desde arriba en el segundo lugar del FPC.

Si le apuesta $10.000 a que gana Once Caldas se puede ganar $18.000 (cuota 1.80)

¿Qué cantidad de apuestas del fútbol colombiano no? Y estas son solo algunas. Si no tiene cuenta todavía puede crear una en Rivalo, nuestra casa de apuestas favorita, haciendo click acá:

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Estamos buscando a Halilović, el croata que jugó un partido con el Barça y que los hinchas culés creyeron que era el «sucesor» de Messi. ¿Sabe dónde está? Ayúdenos a encontrarlo.

Ya perdimos la cuenta de cuantos pibes del Barça B o de La Masía han sido
bautizados por algunos hinchas como «el nuevo Messi». Parece que no han entendido que es casi imposible que alguien si quiera se parezca ‘La Pulga’. Pero bueno, con ‘Hali’ la cosa no fue taaaaan descabellada, al menos físicamente: también es zurdo, mide 1.70M y juega en la misma posición. Sin embargo, ¿dónde está Halilović? Si usted puede responder a esa pregunta sin acabar el artículo, es un futbolero de verdad.

Hizo las inferiores en el Dinamo Zagreb y era el ‘wonderkid’. También jugaba en la sub-14 de Croacia con la banda de capi amarrada en el brazo. A los 16 ya era parte del primer equipo del ‘Plavi’ y tres meses después de que lo subieran vacunó al Belupo, convirtiéndose en el futbolista más joven en marcar en toda la historia de la liga croata. En 2012, con 17 años, el Dinamo le dio su primer contrato profesional… que no duró mucho, pero bueno, nadie le quita lo bailado. La noticia llegó oídos de Niko Kovač que sin pensarlo lo llamó a la mayores para blindarlo.

‘Halilo’, como muchos hijos del fútbol ochentero, hizo que los fútbol ‘freaks’ recordaran a su padre Sejad, el volante del Dinamo. Al ver semejante perla, el Barça no dudó comprarla para su colección. Le dieron 6.5 millones de euros al Zagreb a cambio. La condición era que empezara en el ‘B’. Llegó al filial con 61 partidos como profeta, 8 goles y 4 asistencias. ¿A veces hay que retroceder para avanzar?

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Con 18 añitos era la nueva sensación de la cantera: su forma de regatear, de pasarla y acariciarla ya era comparada con la de Messi por los más ingenuos. Cuatro goles y una asistencia en 29 partidos fueron suficientes para ganarse el llamado de Luis Enrique.

En 2015 le llegó el momento. Entró por Adama Traoré al minuto 62 en un cotejo de Copa del Rey contra el Elche. Ese día se creyó el cuento de ser comparado con Messi: encaró hasta marear a la defensa rival, en los pases fue puro toma y dame y le pegó una vez al palo. Treinta minuticos le duró el sueño. Ese palazo en el Manuel Martínez define literalmente su paso por Barcelona. De ahí no la volvió a ver. Salió cedido al Sporting de Gijón a la siguiente temporada.

En el Molinón nos hizo pensar que los equivocados éramos nosotros por haberlo desechado tan temprano: jugó 37 partidos, la metió cinco veces y también dio cinco asistencias que fueron claves para que su equipo no descendiera. Volvió a Barcelona, pero solo a recoger maletas. Se fue al Hamburgo. En Alemania se amarró los guayos solo ocho veces y la mandó a guardar una vez.

Las fintas que tiró en La Masía aún daban de qué hablar en España. De Canarias lo llamaron y dele otra vez para el avión. Las Palmas lo puso a jugar nuevamente en La Liga. En su primera temporada de amarillo jugó 18 partidos (seis como titu) y dio dos asistencias. A la siguiente el profe le dio la confianza y lo puso 21 veces. Dos goles, dos asistencias y un descenso fue lo que le devolvió ‘Halilo’. «Chao, te vi» le dijeron.

El Milan lo llamó creyendo que le iba a ir como a los demás croatas que estaban en el ‘Calcio’, pero fue más la ilusión que lo que de verdad dio en el campo. Gattuso lo puso 59 minutos entre tres partidos de Europa Leauge. Al final de la temporada Rino le dijo ‘arriverderci bambino’.

Lo llamaron del Standard Lieja, le prometieron cielo y tierra pero al final ni lo uno ni lo otro. «Me hicieron daño», dijo en una entrevista. Y otra vez cambie de equipo. Llegó al Heerenveen, el octavo club en su carrera, el mismo en el que Odegaard volvió a nacer como futbolsita. «Aún puedo ser tan bueno como Modric. Quiero demostrar que puedo ser uno de los mejores de la Eredivisie y estar en la cima de Europa», dijo hace no mucho el croata. Y es que ambición tiene, habrá que ver si logra atajar sus palabras. Hasta ahora lleva dos titularidades y doce partidos entrando desde el banco.

El otro día lo vieron hacer un golazo a lo Messi en un cotejito de entrenamiento: finta, enganche hacia afuera y zurdazo con rosca a todo el ángulo. Volvió a ilusionar. Mientras tanto, si lo ve por ahí, en alguna calle da la provincia de Frisia, dígale que en Hablaelbalón lo estamos buscando, que seguimos esperando que nos cumpla la promesa que nos hizo. Ya Odegaard lo está haciendo.

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Foto: Redacción Depor

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Estamos buscando a Robinho, el brasileño que se puso la ’10’ del Madrid y que prometía ser el futuro de Brasil. ¿Sabe dónde está? Ayúdenos a encontrarlo.

Para empezar: se llama Robson Souza y empezó jugando fútbol sala en Beira Mar queriendo ser Romário y Rivaldo.

En 2001, con 17 añitos, ya era parte del Sub 20 de Santos. Un año después debutó y desde ahí se supo que iba a ser especial: clavó 10 goles en 30 partidos en su primera temporada como profeta y , el ‘peixe’ volvió a ganar el Brasileirao tras 20 años. El fútbol, dicen, es un lenguaje universal y Robinho, a punta de paredes, se puso a conversar de tú a tú con los capos : Diego Ribas, Ricardo Oliveira y Elano.

Llegó a los ojos de Scolari, que sin titubear lo llamó en 2003 para que se vistiera de verde y amarillo. El ‘Robi’ debutó con la ‘canarinha’ que venía de arrasar con todo el planeta en Corea y Japón 2002. Además, ese mismo año jugó la final de la ‘Liberta’ contra Boca. El muchacho ya tenía méritos para saltar el charco.

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En 2005 recibió una llamada de Florentino Pérez. Negociaron por teléfono y no se tuvo que escribir una novela estilo Neymar para que llegara al Madrid. Dicen que el Presidente de Santos estrenó carro cuando entraron los 24 millones de euros de la transferencia. Se fue como ídolo y llegó al Galácticos F.C. a ducharse junto con Ronaldo, Beckham, Raúl, Babptista y Roberto Carlos.

Allá tiró sus pasos. Sabía lo que hacía y a la grada le gustaba. Los títulos no fueron esquivos (2 ligas y una Supercopa) y todo era dulce. Pero ‘Binho’ se creyó el cuento y se agrandó. Le empezaron a gritar pesetero en el Bernabéu y la samba cesó. Ahora eran solo ‘pitos’ cada vez que la tocaba.

El Real aplazó las negociaciones para renovarle y se interesó en Cristiano. Ahí todo se fue a la B.

“El club no se interesó mucho por mi permanencia. No tengo nada contra Cristiano, me parece un excelente jugador, pero tengo mi valor y mi orgullo. Mi intención es salir al Chelsea», dijo alguna vez. Luego tiró esta joya: «Si tengo que estar un año sin jugar lo estaré. Me recuperaré porque soy joven, tengo 24 años, y es el destino». Jugó 137 partidos y marcó 35 goles en el Real. 

Su pase al Chelsea se cayó porque empezaron a vender camisetas con su nombre antes de tener un acuerdo. Ramón Calderón, presidente del Real en ese momento, le enseñó que nadie es más orgulloso que él y le dijo: adiós adiós. Terminó llegando al Manchester City, el nuevo rico que quería competir con los grandes. Pagaron 43 millones de euros por él.

“Ya soy un Dios para ellos y todavía no he hecho nada”, firmó en alguna declaración antes de empezar a jugar de celeste. Metió 15 pepos en 41 partidos antes de pelearse a  con Hughes, el DT. Y cuando llegó Mancini ni la vio: se amarró los guayos solo 12 veces.

El ‘Robi’ se bajó su sueldo para poder salir cedido al Santos. No hizo mucho ruido. Pero aveces hay que retroceder para avanzar: Berlusconi lo llamó y con la ‘rossonera’ volvió a amagar que iba a ser un crack. Pero fue puro tilín tilín y nada de paletas. Los 32 goles en 144 partidos no convencieron a San Siro. Fue entonces cuando en Milano metió la pata feo: presuntamente agredió sexualmente a una albanesa en una noche de tragos. En 2017 lo condenaron a nueve años de prisión en primera instancia.

Como la apelación no dictó sentencia (al día de hoy no han resuelto su caso) ‘Binho’ otra vez volvió a Santos, la vieja confiable. De ahí saltó a China y ganó la Super Liga con el Guanzhou, pero solo jugó 10 partidos. Luego fichó por el Mineiro y levantó arena en ‘el Peixe’ que los hinchas borraron el mural que tenían en su honor.

El Sivasspor le dio una oportunidad en 2017. Ahí  clavó 12 goles y dio 5 asistencias en 30 partidos. Pintaba otra vez, pero se fue al Basaksehir y se le acabó el color.

Esta temporada lleva 7 partidos y ningún registro. Ya no es sensación en Turquía. Por ahí uno que otro futbolero se acuerda de que alguna vez ese brasileño se puso la del Madrid. Si lo ve por ahí, en alguna cuadra de Estambul, dígale que en Hablaelbalón los estamos buscando, que extrañamos sus bicicletas a toda velocidad. Nos seguimos preguntando dónde está el viejo Robinho…

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Foto: @robinho/Twitter

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El Tolima eliminó al Corinthians de la Libertadores y mandó a Ronaldo a colgar los guayos.

La ida quedó 0-0. El Pacaembú fue testigo de un equipo colombiano que no le temía a nada. El Tolima de Hernán Torres llegó ardido a la vuelta porque le anularon un gol legítimo a Elkin Murillo en el primer partido. En el otro lado de la cancha, el Corinthians de Tite estaba confiado: un equipo brasileño jamás se había quedado eliminado de la Libertadores en fase previa. Eso sí, Roberto Carlos estaba lesionado y no podía jugar. Pero igual trajeron a Felipe, Castán, Paulinho, Dentinho y al Gordo, sobre todo al Gordo. Su nombre era suficiente para meter miedo.

Ese miércoles se vendieron 20.000 boletas en el Murillo Toro. Casi lleno. «Lo vi salir del túnel (a Ronaldo) y sentí un frío en el estómago importante», dijo Yair Arrechea en una entrevista. Había otro nivel de nerviosismo en los jugadores del Tolima. Enfrentarse con un Campeón del Mundo, que además fue Balón de Oro dos veces no era para menos. Ronaldo no llegaba fino: tenía unos kilotes de más y las rodillas ya no funcionaban como en el 2000. Pero seguía siendo ‘O fenômeno’. Ni el más creyente daba un peso porque el Tolima eliminara a Corinthians de la Libertadores esa noche.

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Pitazo inicial: Los de Torres salieron a comerse la cancha. No le podían fallar a los 20.000 hinchas que fueron a verlos ¿o a Ronaldo?, bueno, a los dos. El ‘Toli’ era puro ‘jogo bonito’ con Wilder, Dany Santoya y Murillo. Pero el ‘Timao’ no se quedaba atrás, a puro aguante y contraataque, inquietó a Silva durante el primer tiempo. El arquero paraguayo puede contarle a sus nietos que le tapó un fusilazo casi al ángulo al ‘Fenómeno’ aquella noche. El árbitro pitó dos veces y al camerino.

Los cambios de ritmo del Gordo, su forma de aguntarla y como la pivoteaba, tenían boquiabiertos a Vallejo y Arrechea. En el medio tiempo entendieron que tenían que esperarlo para poder sacársela, contó Arrechea.

Se acabaron las arengas en los vestuarios. Otra vez al campo. La ‘Lechona Mecánica’ no quería dejar pasar la oportunidad de meterse en la ‘Liberta’ eliminando al Corinthians de Ronaldo. Wilder las corría todas, Chará un ‘box to box’ y Bolívar rompía al que se le pasara por el medio, pero también daba salida clarita en corto y en largo. Noguera jugaba fácil. Murillo y Santoya eran puro toma y dame. Todo funcionaba casi mecánicamente. El fútbol no podía ser tan injusto con el ‘Toli’.

Minuto 66: Chará recibió de espaldas y se la dió a Murillo que estaba en la esquina del área rival, el ’10’ recibió, levantó la cabeza, vio a Santoya haciendo la diagonal, amagó y se la tiró casi sin mirar. ‘La Pantera de Cartagena’ quedó mano a mano con Julio César y la cruzó suave de primera. El balón voló lento, se desvió en el arquero y entró. Éxtasis total en el Murillo Toro.

Tite, en el banco, miró con decepción a su equipo. Llamó del banco a Danilo y a Ramírez. Entraron al minuto 70’… pero al 72′ la esperanza se fue a la basura: ‘Cachito Ramírez’ se fue expulsado.

78′: Noguera inició la salida desde atrás. Bolívar controló a medias cerca del círculo central. ‘El General’ levantó su cabeza pelada y a lo lejos vio a Murillo levantar la mano. El ‘Muri’ estaba en tres cuartos de cancha por la banda derecha. El ‘Calvo’ la revoleó, no se sabe si como rechazo o como pase, pero le terminó llegando al que era. Apenas ‘El Fino’ la tuvo en sus botas vio a Wilder llegando a la 5’50. Avanzó unos pasos y se la mandó con rosca para que la cogiera de frente. Medina solo saltó y puso la ‘testa’. El balón se metió dentro de los tres palos. Apague y vámonos, debió decir Ronaldo.

Los últimos minutos fueron de trámite. El ‘timao’ ya estaba cuesta abajo. El árbitro pitó el final sin tener idea de lo que iba pasar. El Tolima había eliminado a Corinthians de la Libertadores. Normal. Arrechea, después de pegarle todo el partido, le pidió la camiseta al Gordo. Ronaldo se la mandó con el utilero. Detallazo. Todo acabó con naturalidad….

Sin embargo, diez días después todo cambió: ‘O fenomeno’ colgaba los guayos a sus 34 años. Tenía contrato hasta final del 2011, pero su físico no le dio más. «Pienso en una jugada, pero no la ejecuto como quiero», dijo R9 en la rueda de prensa de su despedida. Sufría de hipotiroidismo. Roberto Carlos también salió del club después de la eliminación, se fue al Anzhi de Rusia. Algunos «hinchas» inconformes con el papelón lo hostigaron por teléfono y hasta lo persiguieron en motos durante una semana. Un Campeón del Mundo no estaba para ese tipo de cosas…

Finalmente Tolima quedó tercero en su grupo. Esa noche no se olvida nunca más. Esa noche por siempre será del FPC.

En Hablaelbalón creamos la sección ‘Recordando’ para rescatar del olvido las hazañas, momentos, partidos, jugadores, goles y acontecimientos inverosímiles de la historia del fútbol. Si conoce alguno y quiere que lo recordemos en nuestra página, escríbanos a nuestro correo: [email protected] para devolverle la pared. Sea nuestro ’10’ y reparta el mensaje.

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Foto Conmebol

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Le contamos quienes son los mejores refuerzos que trajo Cali para la Liga Betplay 2020-1 y la Sudamericana.

Pusineri puso la vara alta en el Súper Depor y puso a soñar al Palmaseca con un equipo que podía tocarla sin dejar la garra un lado y que no arrugaba en ninguna cancha. Daba gusto verlos. El fútbol es un cambio constante y todo -como la pelota- da vueltas. El argentino cerró su ciclo y ahora llegó un charrúa con bastante experiencia que promete no ser un anti fútbol. También llegaron 10 refuerzos a Cali para competir en la Liga Betplay y la Sudamericana.

Angelo Rodríguez (Delantero centro, Minnesota United)

La del verde será la décima remera que se faje en el FPC. No necesita mucha presentación: En Tolima clavó 13 goles en un semestre, le ganó una final a Nacional en el Atanasio y algunos lo pidieron para la Selección. Tiene 71 pepos y 13 asistencias registradas en su carrera. Es un cabeceador certero que le gusta buscar pases al vacío y la aguanta bien. Cuando engancha y queda frente al arco agárrese.

Sabe lo que es sentir la presión más de 30.000 personas: debutó en la A con Nacional y luego pasó por Medellín. No le pesará jugar en el Palmaseca, pero tendrá que poner su bota a la altura de la de Dinneno y hacer olvidar sus 28 goles. Llegó del fútbol gringo con 13 pepos en 43 cotejos jugados durante dos años. Igual fresco, a un goleador no se le olvida como mandarla a guardar y menos cuando tiene 30 años encima. Punto positivo para lo que será el fixture del Cali en 2020: ya sabe lo que es jugar la Sudamericana con el Tolima.

David González (Arquero, Medellín)

Será su segunda etapa vestido de verde. Cuando pasó por Cali en 2006 todavía jugaban en el Pascual y no hay muchos recuerdos de sus primeras atajadas. Emigró a Europa en busca de minutos y pasó por el Rizespor. Luego volvió a Sudamérica y jugó en Huracán. Con el Globo se lució y volvió a saltar el charco. Llegó al humilde -en ese entonces- Manchester City. No la vio nunca con los ‘Citizens’ y así empezó su pasarela por el fútbol británico: se puso la de Leeds, Brigthon, Barnsley y Aberdeen. Depronto por allá le cogió gusto al rock y por eso le llaman ‘el rockero’. Sus mechas seguro que influyeron.

El Pasto lo repatrió y después de unos años volvió a Medellín, donde empezó todo. Lo que vivió con el rojo no lo tenemos que explicar. Durante 20 impresionantes años nos ha deleitado con voladas de palo a palo, atajadas que parecían gol y puñeteadas en los centros más difíciles. Es un viejo zorro del área y conoce todos sus secretos defensivos. Será la voz de la experiencia con sus 37 años en otro ‘kinder’ caleño (24,3 de promedio de edad) y tendrá que defender el mismo arco que alguna vez cuidó Mondragón y Camilo Vargas.

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Alfredo Arias (Director técnico, Montevideo Wanderers)

Ningún director técnico uruguayo en la historia del Súper Depor sabe lo que es ganar. Arias será el octavo y tendrá la responsabilidad de quitar la sal que carga la bandera celeste en Cali para ponerle una pizca de azúcar. En su maleta llega con dos títulos: Clausura de Uruguay en 2014 con Montevideo Wanderers y la Serie A de Ecuador en 2017 con Emelec.

Si bien Arias es uruguayo, su idea de juego es totalmente ajena a la que nos han acostumbrado los equipos de Tabárez y parece que hubiera sido criado futbolísticamente viendo a Rinus Michels. O al menos eso parece. Le gusta salir jugando, asociarse a través del pase y controlar los partidos con el balón. Siempre atacar más que defender. Su formación predilecta es el 4-2-3-1. Tiene 61 años y lleva 9 dirigiendo. En Montevideo Wanderers, su último club, ganó 1.27 puntos por partido (15). En la U de Chile y Santiago Wanderers también dirigió. Finalmente no es tan charrúa como parece, al menos en su forma de juego, depronto eso le ayuda a quitarse la sal y probar el azúcar que tanto gusta en Cali.

Carlos Lizarazo (Volante de creación, Once Caldas)

El buen hijo volvió a casa después de seis años en los que pasó por cinco equipos. Su aventura internacional duró tres temporadas y no fue lo que se esperaba. En Cruz Azul no la vio (lo convocaron una vez) y solo duró media campaña. En Dallas tampoco soltaron a la bestia y saltó al campo solo 14 veces en año y medio. Clavó 3 goles con los gringos. El fútbol a veces es muy jodido.

Volvió a Colombia para intentar reinventarse. El América lo recibió y con el rojo jugó 40 partidos en dos años en los que marcó un gol. Su última campaña fue con Once Caldas y sí, definitivamente no ha logrado reinventarse: jugó 12 cotejos y la metió una vez. Es un volante que pude jugar en todas las posiciones, literalmente. Ha jugado de pivote, interior, ’10’, extremo y hasta delantero. Todo en uno. Al ‘Liza’ le gusta pisarla, conducirla y poner a picar los delanteros. Pero no es frío, también mete pata en el medio para ayudar a recuperarla. Si Arias lo logra poner donde lo ponía Leonel, se asegura unos doce goles por torneo. Si recupera su nivel, será el mejor de los refuerzos del Cali para la Liga Betplay.

Los otros que llegaron

Hernán Menosse (defensor central) aportará garra charrúa en la defensa del Cali, proviene de Defensor Sporting de Uruguay. Juan Daniel Roa (volante) viene de Santa Fe a aportar marca en el medio. Jesús Mendieta (carrilero izquierdo), ex Sporting Cristal, dará salida por la banda izquierda. John Vásquez (delantero) después de una temporada buena en Alianza Petrolera, llega a dar un pie en el ataque. Jesús Arrieta (delantero) cruzó la frontera y viene de Caracas para darle pólvora a la ofensiva caleña. Harold Gómez llega desde Bucaramanga para marcar en el lateral derecho y atacar cuando se pueda.

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Foto: @asodeporcali/Twitter

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Le contamos quienes son los cuatro mejores refuerzos que trajo Santa Fe para el 2020.

Harold, el milagroso, ya tiene un plantel medianamente competitivo y ahora no tendrá que resucitar muertos para ponerlos a jugar fútbol. Limpió lo que no quería y 31 jugadores empacaron maletas. Trajo siete y espera que llegue uno más. Pero lo más importante: mantuvo a Velásquez, Sambueza y a Hernández. Santa Fe espera competir -o ganar- en la Liga Betplay 2020-1 con estos refuerzos.

Yohandry Orozco (Volante de creación, Junior)

Petiso (1.68 mts.), pensante, gambetero y encarador. Ese es Yohandry, una bestia dormida que si despierta con la piel del león rugirá más fuerte que todos los volantes de la Liga Betplay 2020-1. Ya lo demostró con Tolima. Su zurda es prodigiosa: con ella la pone donde quiere, su remate desde las 16’50 es infalible y ya la ha mandado a guardar 60 veces en su carrera. Para que se ilusione un poco jugó en Europa, bueno fue banca durante 3 temporadas en Wolfsburgo (7 partidos y un gol) pero llegar hasta allá tiene su mérito. Entrenó con Dzeko, Oba Martins, Mandzukic, Diego Ribas y Perisic. Algo les tuvo que haber aprendido.

Jugó en el equipo de Pelé (New York Cosmos) con el que ganó el Soccer Bowl Champion y la NASL, luego cruzó la frontera y vistió la de Puebla sin pena ni gloria (5 PJ, 1 gol y 1 asistencia). Sus mejores registros están en Venezuela, su tierra, allá la descoció toda: clavó 40 goles entre Táchira, Zulia y Maracaibo y ganó el Clausura 2014 con «el Carrusel aurinegro». Su último año no fue el mejor: solo jugó 225 minutos con Junior en 2019-2. Pero téngale fe que es bueno. La magia no desaparece. Sin duda alguna, si recupera su nivel, será el mejor de los refuerzos de Santa Fe para la Liga Betplay 2020-1.

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Matías Ballini (Volante de marca, Villa Dálmine)

Rosario Central, Atlético Tucumán, Girona y Colón hacen parte del abanico de casacas que se ha puesto. Nada mal para un tipo que viene de la B y que a simple vista no promete mucho. Es un italoargentino de 31 años.

No se deje engañar de nombre porque este pivote argentino sabe lo que hace. Es el típico perro de presa: hasta no morder y no se sacia. Le gusta salir jugando, en el Torneo ESPN lo demostró. Tiene buen pase entre líneas y va al piso a muerte. Tiene siete goles en 165 partidos. Hay que ver si banquea a Andrés Pérez porque son el mismo tipo de jugador. Si Harold suelta a las dos fieras -Pérez y Ballini- seguramente se comerá a los rivales pero puede que no genere juego. Puede ser el socio ideal de Giraldo.

Diego Valdés (Delantero centro, Tolima)

Medellín lo hizo futbolista y lo envió a Leones cuando no entró en sus planes. Tiene 28 años y su única experiencia internacional fue cruzando la frontera: Metropolitanos de Venezuela lo tuvo durante dos años en los que jugó ocho partidos y marcó un gol. Estuvo seis meses sin equipo después de su experiencia teñida de vinotinto y el Chicó lo rescató. En Tunja volvió a nacer. Lo rebautizaron y ahí empezó su romance con el gol. La metió 23 veces y estuvo en la boca de todos. Su forma -a muerte- de ir a las pelotas aéreas, su velocidad y correr al vació hasta el final hicieron que calentara la Libertad. Es bien metelón.

Tolima se lo terminó llevando, pero justo en ese instante terminó su relación con el gol después de dos años estables. No pudo quitarle el puesto a ‘Mbappérez’ y se acostumbró a estar en el sitio favorito de James. Logró marcar 4 goles en 45 partidos con la ‘Lechona Mecánica’ (en 29 entró desde el banco). Dicen que quiere volver a enamorar a la pelota a ver si vuelve a hacer goles. En el Torneo ESPN ya se dieron un piquito, y vea, un golecito.

Dairon Mosquera (Lateral izquierdo, Medellín)

Patear la pelota era su talento y así se dio a conocer en Bojayá. Sus primeros pases los dio en Cortulúa, luego el DIM del ‘Bolillo’ lo convirtió en hombre y ahí se hizo un nombre en el FPC. Su fuerza en la marca, la velocidad por la banda y los centros con ambas piernas ya empezaban a deleitar. Recibió una llamada de Pastrana y se convirtió en León. Pero en un león ganador: con el rojo levantó la Suramericana, la Super Liga, la Suruga y la Liga Águila.

Se ganó un espacio en el corazón de la hinchada por dejarlo todo hasta el final. Tras cuatro años con Santa Fe se fue a probar en las canchas mexicanas con el Pachuca pero terminó fue probando los tacos y quesadillas (jugó 5 partidos). Luego se fue a Olimpia y saltó a la grama dos veces. DIM lo repatrió y ahí recuperó algo de continuidad (jugó 18 partidos). Es un lateral de días: puede desbordar más que una canal, rechazar piedras con la cabeza y centrarla como Robertson; o meterse un autogol, no entregar ni una bien e irse expulsado. Volvió a Bogotá como un cachorro que espera convertirse nuevamente en León. De los refuerzos que toca el corazón de la hinchada de Santa Fe para la Liga Betplay.

Los otros que llegaron

Patricio Cucchi (delantero centro)llega a intentar desmanchar el nombre de los delanteros argentinos en Santa Fe. Jeison Palacios (defensa central) ex Alianza Petrolera solo puede dejar buenas impresiones después de que Urrego y Henao fijaran el estandar. Kelvin Osorio (volante mixto) dará una mano en la zona de creación, viene de Patriotas .

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Foto: Santa Fe

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Le contamos cuáles fueron los refuerzos que trajo Nacional para volver a meter miedo en la Liga Betplay 2020-1.

Se le acabó a Osorio eso del semestre pasado de alegar que no tenía equipo. La directiva de Nacional le trajo 6 refuerzos para la Liga Betplay 2020-1. El verde siempre es candidato y ahora más con estos fichajes.

Jefferson Duque (Delantero centro, Santa Fe)

Viene de meter 6 goles en 25 partidos con Santa Fe. Poco a poco está recuperando su nivel y nos hace recordar cuando el FPC le quedó en pañales. Vestido de rojo mostró que su olfato goleador no está muerto y que aún sabe donde tiene que estar para mandarla a guardar. Hay que esperar que no llegue con la pólvora un poco mojada. A sus 32 también aporta la experiencia internacional que carga: jugó en Atlas y Morelia.

Cuando juega entre los centrales mete miedo con sus cabezazos. El que valora la geometría ama sus diagonales que convergen con los pases al vacío. Parece una pared: devuelve todas los pases que le tiran como quieren sus compañeros. En la Liga Betplay -y menos en Nacional- no necesita presentación. En Cali vacunó varios arqueros y en Nacional ni se diga. Ya sabe lo que es ganar: con Nacional levantó 4 ligas, 2 Copas Colombia y una Superliga. Con un poco de confianza y la mano de Osorio, ‘El Devorador’ quiere volverse a comer todas las defensas de Colombia.

Andrés ‘El Riflecito’ Andrade (Volante mixto, Atlas)

‘El Riflecito’ volverá a disparar en Colombia. En América, Huila y Tolima dejó un casquillo de bala como símbolo de su puntería. Es un volante ofensivo con precisión quirúrgica: sabe pasar, pensar, encarar y pegar. Cuando va de cara a los tres palos con su mira de ‘sniper’ la pone donde apunta.

Le gusta pedirla y encarar, siempre encarar. Más de 47 goles y 50 asistencias (creemos que hay muchas más no registradas) en 378 partidos jugados en su carrera. En América, Jaguares, León y Atlas cogió toda la cancha que necesita para liderar la medular del verde a sus 30 años. Además sabe lo que es ganar un título internacional pues con el América ganó la Concacaf Champions en 2016. El mejor de los refuerzos de Nacional para la Liga Betplay 2020-1.

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Diego Braghieri (Defensa central, Tijuana)

Si usted le pregunta a los hinchas del verde que opinana del italoargentino de 32 años, no le dirán maravillas. Pero en el fondo, los que han seguido a Braghieri saben que es una fiera; igual de la ‘Era Almirón’ en Nacional se salvan muy pocos. Regresa de un préstamo en Tijuana y tendrá una segunda etapa. Como dicen por ahí, «todos merecen una segunda oportunidad».

Puede ser lateral o central. Rosario, Lanús y Arsenal saben lo que es verlo recuperar la pelota y sacar al equipo limpiecito desde atrás. Que defienda bien no implica que no aporte al ataque: tiene 19 goles y 3 asistencias en su carrera. Tiene un pase clarito y puede llegar hasta el fondo con sus sprints. Embiste como un toro a los rivales. Además, ya sabe lo que es ganar: fue campeón de la Superliga en 2016 con Lanús.

Déinner Quiñónes (Extremo, Medellín)

Salió de Boca Juniors, pero el de Cali. En Quindío debutó en la A y desde ahí parece un nómada: pasó por Tolima, Jaguares y Medellín. Es otro de los frutos de la cantera tumaqueña. Es un zurdito de los que la pisan hasta enloquecer al rival. Pero no es sólo gambeta, también conduce en ‘zig zag’ y elude rivales. Así nos ilusionó en la Sub 20 del 2015. Mostró destellos de su talento y con sólo eso, llamó la atención del extranjero. Emigró al Santos Laguna de México para hacer olvidar al Científico del Gol. No lo logró, obviamente, sino seguiría allá.

Los laguneros lo pusieron a jugar Concacaf Champions League con 22 añitos y tiró dos asistencias en 6 partidos. También tuvo fogueo internacional con Jaguares en la Suramericana. Tiene 20 goles en su carrera, pero su talento no se puede medir solo con números. El que lo vio en el DIM se deleitó con su desborde, su pegada y su generación de juego. Tiene personalidad el muchacho. Créale. Puede que no tenga el pedigree de pez gordo, pero créale. Es uno de los refuerzos de interesantes de Nacional para esta Liga Betplay.

Los otros que llegaron

Estéfano Arango (extremo) llega desde Alianza Petrolera para aportar por las bandas y en la zona de creación. Fabián González Lasso (delantero) viene de Millonarios para bajar todos los balones que tiren al área rival.

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Foto: Nacional

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